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Pero vayamos paso a paso : Se dice que autoestima es quererse a uno mismo.
¿Qué se esconde detrás de esta frase?
Es imposible cuidar unos aspectos de nuestra vida y abandonar otros. Cuando nuestra autoestima va coja normalmente se ve reflejado en algunos aspectos del nivel material, o relacional. Pero, el origen de la autoestima es qué creemos de nosotros mismos.
A continuación explicamos los tres niveles y como se relacionan con la autoestima:
Se refiere a lo visible y lo tangible, como nuestro cuerpo, nuestra casa y nuestras cosas. Es el nivel que tenemos más a mano para “hacer algo” e introducir cambios.
Lo físico es más bien un espejo de nuestra autoestima, no en el sentido de valores sino en el sentido de esmero y cuidados como comer de forma regular y sana, poner esmero en nuestra higiene personal, cuidar nuestra vestimenta, movernos, dormir suficiente, mantener nuestra casa limpia y bonita y cuidar nuestros objetos.
Si nos gusta esmerarnos en el cuidado de nuestras cosas es un reflejo de cierta estima que nos tenemos.
Si a través de nuestra apariencia física pretendemos elevar nuestra autoestima los efectos de cualquier acción son tan buenos como pasajeros.
El mundo de la estética y de las intervenciones estéticashablan de ello y están en auge. Nacen las adicciones a los arreglos estéticos ya que un arreglo rara vez es capaz de cambiar nuestra autoestima. De forma que cada vez encontramos más defectos a arreglar ( dysmorfofóbia ). Recomendamos consultar un psicólogo antes de intervenciones quirúrgicas, sobre todo si son reiteradas.
Una imagen para ello:
Podemos arreglar la fachada de nuestra casa dejándola bonita. El interior de la casa y nuestra sensación de estar en ella permanecen igual.
Unas sesiones de tratamiento psicológico para la autoestima pueden lograr sentirnos más en paz y a gusto en nuestra casa – en nuestro cuerpo.
Nuestra forma de relacionarnos con los demás dice mucho sobre nuestra autoestima, son otro espejo de nuestra autoestima:
Una falta de autoestima suele reflejarse en miedos al rechazo y a críticas. En casos extremos éste miedo nos hace evitar relacionarnos.
Confiar y sentirnos a gusto con nosotros, nos facilita el contacto con otros.
«Tener resuelto nuestros asuntos personales» y sentirnos en paz con nosotros se reflejará en unas relaciones amorosas, comprensivas y empáticas.
Autocriticas y perfeccionismo son otros puntos que contaminan nuestras relaciones con miedos y expectativas.
Aceptarnos es una buena forma de poder sentirnos libres estando con otras personas.
“Solucionar conflictos” es un tema frecuente y gratificante en psicoterapia.
Si lo que pensamos sobre nosotros mismos cambia, cambia nuestra relación con los demás
Nuestras creencias acerca de nosotros mismos son la fuentede la autoestima:
Lo que pensamos de nosotros mismos y la relación que entablamos con nosotros mismos es el núcleo del proceso terapéutico y de la autoestima.
La mayoría de las creencias que tenemos acerca de nosotros se encuentran en el subconsciente y actúan como programas ocultas.
Creencias irracionales pueden ser por ejemplo:
No soy suficiente, no valgo, no puedo, los demás me tienen que aprobar, tengo que complacer a los demás, tengo que luchar, necesito demostrar, etc.
Estas ideas se sienten muy reales. Aun así son irracionales y dañinas para nuestra autoestima.
El proceso terapéutico se centra en identificar programas ocultos de creencias y desarmar su poder a través de técnicas específicas como por ejemplo EMDR.
El resultado es instaurar la confianza en nosotros mismos y sentirnos a gusto y en paz con nosotros y en nuestras relaciones.
Para que seas la mejor persona para ti mism@ que puedes ser.